El comportamiento de los responsables del 1. FC Köln en estos días se asemeja al de los jugadores sobre el terreno de juego. Lenta, deliberadamente y constantemente sorprendidos por los acontecimientos, la directiva y la gerencia planifican la próxima temporada
Oficialmente, los dos primeros jugadores han abandonado el club, Jeff Chabot se despidió del Stuttgart con palabras floridas (y por un traspaso de unos cuatro millones de euros), el atacante Justin Diehl – que lleva 13 años en el club y también se marcha al VfB – recibió un agradecimiento más bien fugaz por parte del departamento de cantera.
Lo que queda es incertidumbre. ¿Se busca un nuevo entrenador? De momento no se ha despedido al desafortunado Timo Schultz. Se rumorea que Keller querría retenerlo. No se han mantenido conversaciones con Christian Eichner, que actualmente se encuentra de vacaciones. El entrenador del KSC, anteriormente profesional en Colonia, donde nació su hija, sería una solución encantadora. En Karlsruhe, Eichner demostró su habilidad para mejorar tanto a jugadores individuales como al equipo.
El Kölner Stadtanzeiger especula con la posibilidad de que el gerente Christian Keller se haya visto parcialmente desautorizado en la decisión sobre el cuerpo técnico y escribe sobre una «clara restricción: Keller tendrá que reconocer ahora que no es el único que toma las decisiones en todos los asuntos relevantes del 1 FC Colonia». Después de las negociaciones con el Olimpija Ljubljana, que se llevaron a cabo en solitario, y de numerosas decisiones erróneas en materia de personal, es evidente que los jefes ya no están dispuestos a dejar que Keller decida sobre el futuro del puesto de entrenador en solitario y en contra de sus convicciones». La pregunta es qué permitirá el pronunciado ego de Keller ante esta evolución.
Así pues, todo sigue siendo emocionante en Colonia, donde empezarán a preparar la nueva temporada dentro de unas tres semanas. La única certeza hasta ahora es la incertidumbre. A no ser, claro está, que los responsables consigan dar un golpe de efecto tras otro en el espacio de unos pocos días.
