Lamine Yamal quiere convertirse en una leyenda en el FC Barcelona. Durante una comparecencia televisiva, habló de sus opciones al Balón de Oro, de su compañero Nico Williams… y de la fiesta sin alcohol del Campeonato de Europa
A Lamine Yamal le gustaría un pulpo. «Cuando voy a casa de mis amigos, nadie tiene un pulpo, pero yo sí». Por desgracia, su madre dice que eso es imposible. «Cuando yo tenía 13 años, ella decía que a los 18, ahora dice que a los 21».
Lamine Yamal ya ha cumplido otros sueños a los 17 años. Es jugador habitual de su club favorito, el FC Barcelona, campeón de Europa con España y recientemente también candidato al Balón de Oro. Por eso ahora prefiere ir de compras por Internet, y sentarse en un café le resulta «imposible», declaró el extremo a la cadena de televisión Antena 3, a la que también habló de su sueño del pulpo.
Sin embargo, en el Barça llevaba tiempo preparado para esta vida. «Desde la Eurocopa he visto que la gente está más contenta. Para mí es un sueño». Y por eso no quiere despertar pronto. «Espero no dejar nunca el Barça», dice el joven, cuyo contrato es válido hasta 2026 e incluye una cláusula de liberación de mil millones de euros. «Espero convertirme en una leyenda del Barcelona».
Parece que ya va por buen camino. El hecho de que sea uno de los 30 candidatos al Balón de Oro 2024 le viene como anillo al dedo. Cuando se le pregunta si ve posibilidades de ganarlo, Lamine Yamal responde: «No». Pero es «bueno calentar para ver si tengo alguna posibilidad en algún momento»
A Lamine Yamal le gustaría jugar con Williams «todas las semanas »
En la selección se enteró de su nominación, pero antes de la de su compañero Nico Williams, que, pese a todas las especulaciones, no cambió Bilbao por Barça tras la Eurocopa. «Claro» que le “encantaría jugar todas las semanas” con el joven de 22 años, “pero está en el Athletic”, dice Lamine Yamal, que comparte muchas aficiones con Williams: “Nos gustan las mismas cosas, vemos TikTok, bailamos, le gusta la misma música, hace tonterías”.
Y también es el campeón de Europa. La fiesta tras el triunfo en Berlín fue «una locura», dice Lamine Yamal, echando la vista atrás con felicidad. «Pensaba que Álvaro Morata o Unai Simón eran gente seria…». Por cierto, él mismo se mantuvo obedientemente alejado del alcohol. «Sólo bebía cola».
