El Milan sigue siendo la medida de todas las cosas en la Serie A. Su victoria por la mínima en el campo del Cagliari Calcio este sábado fue su tercera victoria consecutiva por 1-0, incluyendo un gol de ensueño y un rifirrafe con Zlatan Ibrahimovic.
Al principio de la temporada, el Milan tenía aún más magia y marcaba más goles. Pero como todo el mundo sabe: incluso un 1-0 lleva al resultado deseado. Y este sábado, los rossoneri marcaron su tercer gol consecutivo.
¿Cómo surgió? De una manera dura. Después de un comienzo del AC inicialmente cargado de presión, en el que Giroud marcó a placer delante del portero Cragno (minuto 7), Kessié con un disparo al poste (12) y Brahim Díaz (13) no consiguieron marcar, gran parte de la acción se limitó a ondular.
Esto también se debió a que los esforzados sardos no pudieron idear nada creativo en su estadio para dar protagonismo a los dos jugadores objetivo, Pavoletti y Joao Pedro. Sólo Grassi tuvo un disparo peligroso desde lejos (37.)
Bennacer truena, el travesaño salva
Dos cosas marcaron la diferencia al final.
En primer lugar, el Milan comenzó con una gran presión tras la reanudación, y Theo, que estaba realmente encendido esta noche, puso a prueba al portero Cragno con un disparo lejano (51º). Un poco más tarde, el momento culminante del partido: Giroud regateó un disparo al centro del área para el acecho de Bennacer. El jugador de 24 años no tardó en lanzar el balón a la portería por la izquierda (59).
En la fase final, sin embargo, los lombardos descansaron demasiado en Cerdeña y no finalizaron los contraataques para un posible 2:0, que casi se tomó la revancha. Especialmente en el minuto 90, en una escena increíble: tras un fuerte centro desde la derecha, el comodín Keita Baldé falló por los pelos antes de que Pavoletti saltara sobre el balón y golpeara el travesaño con un cabezazo a bocajarro. Marín se metió entonces en la jugada, pero el balón no quiso entrar. También porque Bennacer y el portero Maignan estaban en el lugar.
Además, con la necesaria ración de suerte, el Milán anotó por fin su vigésimo triplete, apuntalando así el primer puesto por delante del Nápoles (2-1 contra el Udinese) y del nuevamente fallido campeón Inter (sólo 1-1 contra el Florencia).
¿Acoso y racismo?
Nota secundaria desagradable: Inmediatamente después del pitido final, el enfado seguía ardiendo entre los jugadores, y se produjo una enorme pelea en el campo durante minutos. Entre ellos, el suplente de última hora Ibrahimovic, que se enzarzó en una pelea con algunos jugadores del Cagliari y fue sujetado o empujado por sus propios compañeros. Posible desencadenante: el profesional del Milán Tomori, cada vez más convertido en una institución desde su fichaje por el Chelsea en el verano de 2021, fue aparentemente acosado por el público. En los próximos días se verá si se trata de un caso de insultos racistas.