John Isner es conocido por sus aces y sus largos partidos. Ahora el estadounidense ha puesto fin a su carrera y se ha visto abrumado por sus propias emociones.
Seguía pasándose la mano por el pelo y mirando al suelo. John Isner sabía muy bien este jueves en el US Open que era el momento de decir adiós al gran escenario mundial del tenis.
Le costaron las palabras tras su último individual, haciendo una y otra vez una pausa hasta que dijo: «Por esto he trabajado tanto en mi vida, para jugar ante este ambiente».
Poco antes había perdido ante su rival estadounidense Michael Mmoh por 6-3, 6-4, 6-7 (3-7), 4-6, 6-7 (7-10). Pero no fue como si Isner se limitara a entregarle la victoria. Luchó durante 3:57 horas y demostró una vez más por qué se le conoce por sus largos partidos.
«No estaba preparado para la emoción «
Al despedirse del público, añadió: «No siempre he ganado como hoy, pero contar con este apoyo es muy especial. Gracias». Inmediatamente después de su derrota, antes de la entrevista en la pista, Isner ya estaba sentado en el banquillo, conmovido, llevándose una toalla a la cara. Luego, en la rueda de prensa posterior, las lágrimas rodaron por el rostro del estadounidense, que no paraba de limpiarse con el dedo.
«Es difícil decir adiós», sollozó Isner, «sabía que llegaría el día. Sólo que no estaba preparado para las emociones». Es probable que éstas fueran aún mayores tras su posterior derrota en dobles con Jack Sock y el final definitivo de su carrera.
Isner jugó 17 años en el ATP Tour como profesional y, además de sus largos partidos, se hizo un nombre por su destreza con el saque. Logró 14.470 aces, más que ningún otro profesional del circuito.