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Rose también se queda sin argumentos

La derrota en casa contra el Glasgow es la siguiente velada amarga para el Borussia Dortmund – y esto no deja indemne al entrenador Marco Rose.

El hecho de que los silbidos no fueran fuertes al final de lo que fue una noche deprimente desde el punto de vista del Dortmund se debió únicamente a que sólo se admitieron 10.000 espectadores contra el Rangers de Glasgow en lugar de los ocho de un estadio lleno. Los profesionales del BVB, abatidos ante la tribuna sur parcialmente llena tras la derrota por 4-2 en el partido de ida, no sabían muy bien qué hacer. Así que la mayoría de los profesionales salieron con expresiones tristes y cabezas colgantes antes de dirigirse a los vestuarios.

La merecida derrota ante un rival internacional de segunda fila fue ya la tercera gran desgracia para los aurinegros en un año que aún no es muy viejo. Tras la eliminación de la Copa en el FC St. Pauli, de segunda división, y el 2:5 en la Bundesliga contra el Bayer Leverkusen, el partido de ida, potencialmente fatal, contra el Rangers completó la tripleta de abandonos de la competición de 2022, con intervalos cada vez más pequeños.

Diferentes errores en los goles encajados

A los cinco goles encajados en el último partido en casa contra el Leverkusen le siguieron cuatro el jueves, con el Rangers haciendo poco más que actuar de forma cohesionada y aprovechando los errores que se produjeron: la mano completamente innecesaria de Dan-Axel Zagadou antes del penalti por 0: 1, la pasividad de Marco Reus en el duelo de cabeza antes del 0:2 de Alfredo Morelos, al que Julian Brandt perdió de vista en el segundo palo, la débil entrada de Manuel Akanji entre otros antes del 0:3, el duelo demasiado arriesgado con pérdida de balón de Youssoufa Moukoko antes del 1:4.

La merecida derrota ante un rival internacional de segunda fila fue ya la tercera gran desgracia para los aurinegros en un año que aún no es especialmente viejo. Tras la eliminación de la Copa en el FC St. Pauli, de segunda división, y el 2:5 en la Bundesliga contra el Bayer Leverkusen, el partido de ida, potencialmente fatal, contra el Rangers completó la tripleta de abandonos de la competición de 2022, con intervalos cada vez más pequeños.

Diferentes errores en los goles encajados

A los cinco goles encajados en el último partido en casa contra el Leverkusen le siguieron cuatro el jueves, con el Rangers haciendo poco más que actuar de forma cohesionada y aprovechando los errores que se produjeron: la mano completamente innecesaria de Dan-Axel Zagadou antes del penalti por 0: 1, la pasividad de Marco Reus en el duelo de cabeza antes del 0:2 de Alfredo Morelos, al que Julian Brandt perdió de vista en el segundo palo, la débil entrada de Manuel Akanji entre otros antes del 0:3, el duelo demasiado arriesgado con pérdida de balón de Youssoufa Moukoko antes del 1:4.

Y así Marco Rose también se queda sin argumentos. Después del partido, el entrenador se puso delante de su equipo y asumió la responsabilidad, pero internamente tendrá que ser más claro. La dinámica negativa de las últimas semanas, los fallos de concentración de este equipo de gran talento, recaerán inevitablemente sobre él. En verano, el club se enfrenta a una gran renovación, y la plantilla se parecerá cada vez más a lo que Rose imagina, paso a paso y posición a posición. Pero también debe demostrar para entonces que es el hombre adecuado para este trastorno.

Sólo en la Bundesliga

Tras casi nueve meses en el cargo, las pruebas de ello -incluso teniendo en cuenta todas las adversidades- son escasas. No se reconoce de forma consistente una firma juguetona, los problemas de años en el área que se llama alternativamente mentalidad, actitud o agudeza no disminuyen, la propia presentación externa cada vez más defensiva y de labios apretados.

Su mayor argumento, a pesar del tropiezo contra el Leverkusen, sigue siendo la todavía buena temporada de la Bundesliga, con rumbo a la soberana clasificación para la Liga de Campeones, a pesar de que ya lleva seis derrotas y 36 goles encajados tras 22 jornadas. El logro del objetivo mínimo es actualmente el mínimo común denominador entre los responsables – las dudas al respecto o incluso nuevos reveses de esta gravedad podrían cambiar eso.

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