Teofilo Stevenson fue un campeón que batió récords y tenía el potencial de llegar a ser tan grande como Muhammad Ali, pero sacrificó su carrera profesional por el comunismo.
Había luto en las calles de La Habana, el panorama del boxeo internacional estaba apenado.
El 11 de enero de 2012 -hoy hace 10 años- Teófilo Stevenson, el gran héroe de la orgullosa nación boxística de Cuba, murió de un ataque al corazón a la edad de 60 años.
El hombre que fue el primer peso pesado en convertirse en campeón olímpico tres veces consecutivas ya era una leyenda en vida. Y podría haber llegado a ser aún más grande, si no hubiera insistido en principios que parecen impensables desde la perspectiva actual.
Teofilo Stevenson rechazó los duelos con Muhammad Ali y compañía
«El mejor boxeador de peso pesado es Teófilo Stevenson. Ninguno de los campeones actuales tendría una oportunidad contra él», afirmó una vez el ex campeón mundial Goerge Foreman en el apogeo de Stevenson.
Muhammad Ali, diez años mayor que él, y Joe Frazier querían destruir la magia especial de Stevenson y atraerlo a las filas profesionales con honorarios millonarios, pero Stevenson siguió siendo obstinado.
Como fiel soldado, el boxeador amateur siguió los dictados de su presidente comunista Fidel Castro y renunció al dinero y al glamour.
«¿Qué es un millón de dólares contra ocho millones de cubanos que me quieren?», dijo Stevenson, hablando desde el corazón de su jefe de Estado.
La hora de las estrellas en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972
Bajo el socialismo cubano, todas las personas debían ser iguales, y los deportistas no podían ser una excepción. En lugar de seguir las dulces tentaciones de los países extranjeros capitalistas, los luchadores cubanos tuvieron que promocionar su país en las Olimpiadas. Stevenson se tomó a pecho la tarea nacional con convicción.
Desde su primera aparición olímpica en Múnich, en 1972, su estrella se elevó: El chico de origen humilde barrió a su primer oponente del ring a los 30 segundos. En las semifinales eliminó al campeón alemán Peter Hussing. Cuando su oponente no compitió en la final, Teófilo Francisco Stevenson Lawrence se proclamó campeón olímpico, a la edad de 20 años.
«Estoy totalmente sorprendido. Era una persona tan buena y en realidad no podía hacer daño a una mosca. Se limitó a boxear, ese fue su objetivo», dijo Hussing tras su derrota en Múnich. «Nunca me habían cogido tan fuerte», había admitido el «Oso de Brachbach».
El boicot impidió la cuarta victoria olímpica
1976 en Montreal y 1980 en Moscú Stevenson también ganó el oro – sin mucha oposición.
El dominador cubano se convirtió en el primer boxeador de la historia, después del húngaro Laszlo Papp (1948 a 1956), en ganar el oro en tres Juegos Olímpicos consecutivos.
En 1984, se propuso un cuarto triunfo, pero una vez más su jefe de Estado puso trabas: Cuba boicoteó los Juegos de Los Ángeles después de que los Estados occidentales se ausentaran de Moscú cuatro años antes por la intervención rusa en Afganistán.
Quizás fue mejor para el mito Stevenson: en los Campeonatos del Mundo de Aficionados de 1982 en Múnich, perdió su brillo, eliminado sorprendentemente en la ronda preliminar contra el italiano Francesco Damiani.
Descubierto por un alemán
El alto y siempre erguido boxeador Stevenson -también tres veces campeón del mundo en la división amateur- era considerado un estilista en su época de esplendor que, como Ali, podía boxear tremendamente rápido para su categoría de peso.
Nacido en Puerto Padre el 19 de marzo de 1952, Stevenson fue descubierto una vez por un alemán: El entrenador de boxeo de la RDA, Kurt Rosentritt, prestó ayuda al desarrollo en la isla caribeña de 1964 a 1968, y el padre del periodista deportivo berlinés y biógrafo de Sebastian Deisler, Michael Rosentritt, puso su descubrimiento al cuidado del entrenador del campeón cubano Alcides Sagarra, que moldeó a Stevenson hasta convertirlo en un hombre de primera.
En Cuba, Stevenson fue un héroe nacional hasta el final. En 1976 fue elegido diputado a la Asamblea Nacional, y posteriormente ocupó los cargos de director de la organización deportiva cubana y vicepresidente de la federación nacional de boxeo.
También pertenecía al estrecho círculo que rodea a Fidel Castro, que sobrevivió cuatro años a su modelo de boxeador.