La guerra civil hace estragos en Sudán, donde algunos de los mejores clubes juegan a 4.000 kilómetros de casa. Y, sin embargo, la selección nacional está a punto de clasificarse para la próxima Copa de África. Sobre un país donde el fútbol significa para la gente mucho más que goles y puntos
El fútbol se carga con demasiada facilidad de patetismo. A menudo se le da una importancia que no puede alcanzar. Y, sin embargo, hay ejemplos que demuestran que el cuero redondo puede desplegar un poder que va mucho más allá del terreno de juego, el estadio o la retransmisión televisiva. Y un acontecimiento así podría producirse si Sudán logra clasificarse para la Copa Africana que se celebrará en Marruecos en los próximos días. Este jueves, el equipo jugará en Níger.
La vida cotidiana de Ayman Abdelrahman se parece actualmente a esto: Partidos de la liga de distrito con el VfB Frohnhausen en la zona de Essen. Nada que ver con los partidos que jugaba en Sudán, su país natal. Ante decenas de miles de personas en la primera división sudanesa, frente a hinchas entusiastas que convertían los estadios en calderas. Y aunque estos recuerdos se alejan cada vez más, sus pensamientos vuelven a menudo a su tierra natal.
