Los jugadores de la República Democrática del Congo han hecho una declaración antes de la semifinal de la Copa de África contra Costa de Marfil. De fondo, los combates en el este del país
Cuando el miércoles por la noche sonó en Abiyán el primero de los dos himnos nacionales, el deporte pasó a un segundo plano. Los jugadores de la República Democrática del Congo no cantaron al principio, sino que se taparon la boca con una mano y se llevaron dos dedos de la otra a la sien a modo de pistola. Todo el personal de la línea de banda, incluido el seleccionador francés, Sébastien Desabre, también realizó el gesto. Sólo bajaron los brazos después de unos 15 segundos, tras los cuales algunos de los jugadores cantaron el resto del himno. Algunos miembros del equipo también llevaban una cinta negra de luto en el brazo.
Según confirmaron después jugadores y entrenadores, el trasfondo de esta señal eran los combates en el este del país centroafricano. Según los residentes, el grupo rebelde M23 había atacado recientemente la ciudad de Sake, de importancia estratégica, y había obligado a huir a su población. Según testigos presenciales, se lanzaron bombas sobre la ciudad. Un portavoz de Naciones Unidas advirtió en un comunicado de una «explosión regional» y pidió el rápido refuerzo de las tropas y las fuerzas de seguridad. Numerosos grupos armados actúan desde hace tiempo en el este del país.
El Ministro de Deportes pide apoyo
«Queríamos enviar un mensaje al mundo entero», declaró François Kabulo Mwana Kabulo, ministro de Deportes del país, tras el partido, que se perdió 1-0 ante la anfitriona, Costa de Marfil. «Necesitamos una reacción de la comunidad internacional, como ocurrió en Ucrania y Palestina. Es una rebelión injusta».
Por eso, la selección quiso capitalizar el significado del acontecimiento y pidió permiso a la Confederación Africana de Fútbol (CAF) para llevar a cabo el gesto y lucir la bandera de luto. Ésta accedió. «Espero que el mensaje llegue, porque necesitamos paz», declaró Mwana Kabulo, que también lució banderas de luto en su camiseta.
El centrocampista Charles Pickel, criado en Suiza, también adoptó una postura clara. «Es algo muy grande y nadie está mirando», lamentó. «Hoy ha sido una muestra de nuestra unidad, eso es más importante que el partido. Queríamos mostrar al mundo lo que está pasando allí». Llevar a cabo el gesto fue algo que «decidimos todos juntos», continuó Pickel. El seleccionador Desabre afirmó que el equipo nacional era «un símbolo de orgullo nacional» en la RD del Congo. «Hoy queríamos aprovechar la oportunidad para llamar la atención sobre todas las atrocidades que se cometen en el este del país».
La derrota supuso que la RD del Congo se perdiera su primera participación en la final de la Copa de África desde que ganara su primer y único título en 1968, por lo que la selección jugará su último partido del torneo el sábado en el partido por el tercer puesto contra Sudáfrica.