Al Leicester City no le va bien y el descenso se acerca cada vez más. La presión sobre el entrenador Ruud van Nistelrooy debería aumentar aún más.
El jueves por la noche, el penúltimo Leicester City visitaba al West Ham United con la intención de sumar puntos, ya que tenía la oportunidad de reducir a dos puntos la distancia con el Wolverhampton y, por tanto, el primer puesto que da derecho a no descender. Para empezar, no lo consiguió.
Los Hammers, que no se mostraron muy seguros de sí mismos a pesar de su victoria por 1-0 contra el FC Arsenal, se mostraron inofensivos ante los Foxes. Sobre todo en ataque, fue una declaración de bancarrota del Leicester, que no creó ninguna oportunidad digna de mención y, además, en la primera mitad estuvo dos veces por debajo de su nivel defensivo.
fracaso, mala suerte e ineptitud
En el 1-0 se produjo una concatenación de fracasos, mala suerte y mala defensa, cuando Soucek y Bowen se enredaron en el lado derecho y Buonanotte despejó mal a Cresswell. En un centro desde la banda izquierda, Vestergaard anuló el fuera de juego antes de que Kudus fallara ante el portero Hermansen desde cuatro metros y Soucek finalmente rematara (21.).
En el minuto 43 se produjo la siguiente jugada, que fue una mezcla de payasadas e ineptitud: en un saque de esquina desde la izquierda, Vardy quiso despejar, pero su intento de remate de cabeza se desvió desafortunadamente hacia los pies de Bowen. Vardy se burló de tres hombres y marcó desde un ángulo extremadamente cerrado, casi en la línea de fondo, al primer palo. Vestergaard desvió el balón, mientras que el portero Hermansen no lo tuvo fácil (43′).
Con una ventaja de dos goles, el West Ham pasó al modo de administración tras el descanso y finalmente no tuvo dificultades para llevarse los tres puntos. Con esta victoria, los londinenses ya tienen una ventaja de 16 puntos sobre la zona de descenso y pueden afrontar con tranquilidad el próximo partido en casa contra el Newcastle United el lunes 10 de marzo (21:00).
Leicesters ante una tarea hercúlea
Para el Leicester, en cambio, el aire se está volviendo más escaso. El recién ascendido está en una situación mucho peor que en su última temporada de descenso y, con 17 puntos en 26 partidos, no tiene perspectivas halagüeñas. Hace 20 años que un equipo de la Premier League no mantenía su categoría con un balance así; en aquel entonces fue el West Bromwich Albion.
El entrenador Ruud van Nistelrooy tampoco debería tener muchas esperanzas, ya que el equipo es terrible tanto en defensa como en ataque. El Leicester ha perdido once de los últimos doce partidos de liga y ha tenido un balance de goles de 0:12 en los últimos cuatro partidos de liga. Y los próximos rivales son el Chelsea, el Manchester United, el Manchester City, el Newcastle United, el Brighton y el Liverpool.