El AS Roma se impuso por 2-0 al ascendido Frosinone Calcio y sumó su segunda victoria de la presente temporada, un triplete que probablemente se catalogaría como «victoria trabajada».
Después de perder por 4-1 ante el Génova y comenzar con sólo cinco puntos en seis partidos, el AS Roma se vio presionado desde el principio contra el Frosinone Calcio. En el banquillo del equipo ascendido también estaba un viejo conocido en Eusebio di Francesco – con AS el había alcanzado las semifinales de la Champions League en 2018, pero había fracasado allí ante el Liverpool FC.
La Roma hizo su primera aparición ofensiva a los cinco minutos, pero el envío de Lukaku a Dybala fue demasiado descuidado, al igual que el pase del argentino a Spinazzola apenas un minuto después (6). A medida que avanzaba el partido, los visitantes del Frosinone se fueron metiendo mejor en el juego, y tuvieron su primera ocasión: un centro raso fue despejado por el defensa suplente Cristante (11).
La siguiente ocasión del partido también fue para los giallazzurri: Ndicka despejó mal un balón largo, el germano-albanés Cuni estaba en el punto de penalti y sorteó a Rui Patricio, pero sólo remató al exterior de la red (18º). Un minuto después, los visitantes tuvieron que sustituir a su experimentado central Romagnoli por lesión, lo que supuso un cambio de una defensa de cinco a una de cuatro hombres.
Lukaku con la ventaja
Los romanos aprovecharon los problemas de adaptación iniciales: Dybala envió un pase a Lukaku, que convirtió desde los once metros (21′). Sin embargo, el gol no pareció dar confianza al equipo de José Mourinho, ya que el Frosinone dominó en cierta medida el juego. Cuni volvió a fallar el gol del empate en el minuto 26.
Tras el descanso, la Roma siguió apostando por los contraataques. Llegó a ser peligrosa por primera vez, después de que Monteresi casi introdujera en su propia portería un intento de despeje (57′). Tres minutos después, Dybala sirvió a Bove, que no logró batir al guardameta visitante Turati (60º).
Pellegrini aumenta a 2:0
La mejor jugada de ataque de los visitantes en la segunda parte llegó en el minuto 68, cuando Mazzitelli no encontró rematador en el centro tras un precioso pase de Soulé. La Roma se defendió de forma compacta y apenas permitió que ocurriera nada, pero aparte del disparo de Bove (83′) apenas generó peligro… hasta el minuto 83, cuando Pellegrini remató de volea un lanzamiento de falta de Dybala (83′).
El hecho de que no sólo los jugadores, sino también el árbitro, pueden ser susceptibles de sufrir calambres más tarde en el partido también quedó demostrado en este encuentro: tras un choque con Aouar, Matteo Marchetti se desplomó repentinamente en el suelo, pero el francés fue el primero en responder y ayudó al árbitro a ponerse en pie. Desde el punto de vista deportivo, no pasó nada más.