Hace 21 años, Vitali Klitschko se coronó campeón mundial de peso pesado. Su rival, Corrie Sanders, que anteriormente había derrotado a su hermano Wladimir, fue su adversario más duro. Ocho años después del combate, falleció en trágicas circunstancias.
Fue una noche para el recuerdo. El 24 de abril de 2004, 17 320 espectadores abarrotaron el Staples Center de Los Ángeles para ver un combate que era mucho más que un simple duelo de boxeo. Para Vitali Klitschko no solo estaba en juego el prestigioso título mundial de peso pesado del CMB, sino que se trataba de una cruzada personal, una misión para defender el honor de su familia.
Trece meses antes, el sudafricano Corrie Sanders había derrotado por sorpresa al hermano menor de Vitali, Wladimir, en Hannover, infligiéndole una de las derrotas más dolorosas de su carrera. El hermano mayor se vengó con éxito de Sanders, que entretanto ha fallecido en trágicas circunstancias.
230 golpes: una pelea de extremos
Vitali Klitschko no solo luchó contra Sanders en nombre de Wladimir para vengarse, sino también por sí mismo: diez meses antes, Vitali había perdido su primera oportunidad de ganar el título mundial tras retirarse por lesión en su combate contra Lennox Lewis. Como la revancha no se pudo celebrar debido a la retirada de Lewis, Sanders tuvo su oportunidad y resultó ser una dura prueba.
Sanders, conocido por su estilo peligroso y su enorme pegada, presionó a Klitschko en el primer asalto con rápidos ataques e incluso hizo tambalear al ucraniano por unos instantes. Pero quienes conocían la férrea voluntad del doctor en ciencias del deporte sabían que eso solo haría que Klitschko se mostrara aún más decidido.
Con cada asalto, Klitschko ganaba más control sobre el combate. Sus golpes precisos impactaban cada vez con más frecuencia en la cabeza del sudafricano. Lo que siguió fue un impresionante ejemplo de la resistencia de su oponente. Sanders, que se mantuvo firme a pesar de los numerosos golpes efectivos, convirtió el combate en un auténtico intercambio de golpes.
«Corrie era rápido, sabía encajar y repartir golpes. Su estilo era muy peligroso y no me gustaba», confesó Klitschko más tarde a Sport Bild. Las cifras hablaban por sí solas: Klitschko golpeó a su oponente un total de 230 veces.
Vitali Klitschko: «Nunca lo hubiera creído posible»
Tras 2:46 minutos en el octavo asalto, llegó el momento: el árbitro intervino y dio por terminado el combate, aunque Sanders seguía en pie. Klitschko ganó por K.O. técnico y se ciñó el cinturón del CMB, siguiendo los pasos de famosos predecesores como Muhammad Ali y Mike Tyson.
«Lo que ha aguantado Sanders es una locura. Nunca lo habría creído posible», declaró sorprendido el nuevo campeón del mundo tras el combate. Sanders tuvo que ser trasladado al hospital con un hematoma grave en la oreja izquierda y lesiones en los ojos.
Para Vitali Klitschko, esa noche supuso el comienzo de una gloriosa era como campeón del mundo, que duraría más de nueve años, hasta su retirada en diciembre de 2013. Sanders no llegó a vivirlo, ya que su vida terminó trágicamente un año antes.
El 23 de septiembre de 2012, Sanders celebraba el 21.º cumpleaños de su hija en un restaurante cerca de su ciudad natal, Pretoria, cuando unos atacantes armados irrumpieron en el local. Sanders recibió un disparo durante el asalto y falleció poco después en el hospital a causa de sus heridas. Tenía solo 46 años.
Vitali Klitschko, ahora de 53 años y alcalde de la ciudad de Kiev, asolada por la guerra, guarda un recuerdo especial de Sanders: «Corrie Sanders fue el rival más difícil contra el que he boxeado nunca», declaró en una ocasión.