Después de Milán, Heidenheim: el FC Bayern está en alerta ante su próximo reto en la Bundesliga.
La Bundesliga nunca será algo cotidiano para el 1. FC Heidenheim, esa es una de las muchas diferencias entre el pequeño club de Brenz y el gran FC Bayern. «La Bundesliga siempre será algo especial»,
Los profesionales del FC Bayern no lo verán necesariamente así, pero la situación antes del viaje al Ostalb es especial. Tras la eliminación de la Liga de Campeones ante el Inter de Milán, ahora se trata de alcanzar el objetivo mínimo: el campeonato. Lo que, en definitiva, no sería un mal año, teniendo en cuenta la temporada anterior sin títulos.
Ahora, tras una lucha tan sacrificada en la Copa de Europa, surge naturalmente la pregunta sobre la famosa caída de tensión. Por un lado, la tristeza por haber perdido la semifinal de la máxima competición europea y la oportunidad de ganar el título en casa; por otro, la obligación de no tener que sufrir en la Bundesliga, con seis puntos de ventaja sobre el Bayer Leverkusen.
«No hay más presión de lo habitual. La presión es una constante en el FC Bayern, hay que saber lidiar con ella», explicó el entrenador Vincent Kompany el Viernes Santo, y subrayó: «Estoy motivado y con ganas, no soy de los que se dejan llevar por el desánimo». Lo que pasó, ya no se puede cambiar. Hay que demostrar en el próximo partido lo que se quiere hacer. «Es mejor volver a jugar lo antes posible», opinó Kompany, que por eso hubiera preferido jugar el viernes, si hubiera sido posible.
El antecesor de Kompany, Thomas Tuchel, ya pudo experimentar lo delicada que puede ser la situación en Heidenheim la temporada pasada, cuando el Bayern, tres días antes del importantísimo partido de ida de cuartos de final contra el Arsenal, dejó escapar una ventaja de 2-0 en el descanso y volvió a hacer el ridículo.
No debe repetirse casi exactamente un año después: «Vi el partido», dijo Kompany y advirtió: «Son valientes, presionan bien hacia delante y asumen ciertos riesgos. El Heidenheim es un equipo que lucha, y nosotros también tenemos ganas de luchar».
El miércoles por la noche, los directivos del Bayern se apresuraron a elogiar la Bundesliga como el título «más honesto» y, en cualquier caso, el más importante. Un triunfo en la Liga de Campeones solo habría sido la famosa guinda del pastel, y el pastel, como es bien sabido, es el campeonato.
Ahora deberían darse prisa para que el pastel no se vaya a Leverkusen.