El hecho de que el Real Madrid aún no sea tan fuerte como muchos esperaban no se debe sólo a la coordinación en la línea de ataque. ¿Cambiará las cosas Eduardo Camavinga?
El estreno en la Liga de Campeones fue la prueba definitiva. Es más habitual que sorprendente que el Real Madrid aún necesite un poco de tiempo para encontrar su sitio en la Liga. Sin embargo, los blancos no se dejan superar en su competición favorita, sobre todo en casa, en el Bernabéu.
El martes por la noche, contra el subcampeón alemán, el VfB Stuttgart, los defensores del título lo pasaron tan mal que hubiera sido casi imperativo que los visitantes se fueran por delante al descanso. El Real Madrid volvió a tener dificultades para afianzarse en el centro del campo e incluso para hacerse con el control, una situación que se está convirtiendo en permanente tras la retirada de Toni Kroos.
El Stuttgart tuvo más posesión en el Bernabéu
El hecho de que el Madrid dominara el juego durante minutos seguidos y fuera capaz de utilizar este dominio para desplegar una y otra vez a sus peligrosísimos atacantes fue tan raro como una defensa bien posicionada. El Stuttgart, que incluso tuvo más posesión (54:46), dispuso de varias oportunidades prometedoras de contraataque.
En defensa, los blancos, que han mejorado mucho en este aspecto en los últimos años, son actualmente un escollo aún mayor que en el discutido ataque, aunque Aurelien Tchouameni, Fede Valverde y el retornado Jude Bellingham deberían ser capaces sobre el papel de proporcionar suficiente equilibrio. Es una historia diferente en el campo
Tchouameni en particular, el seis y heredero de Casemiro, sólo es capaz de anclar la defensa al estilo de Rodri del Manchester City hasta cierto punto. El francés de 24 años es demasiado descuidado, sobre todo a la hora de mantener su posición. Está mejorando poco a poco con respecto a los primeros partidos, y protagonizó un pase en profundidad excepcional antes de adelantar a los suyos contra el Stuttgart. Sin embargo, Tchouameni podría perder pronto la titularidad.
Los medios de comunicación españoles informan unánimemente de las ganas que tiene el club de que vuelva Eduardo Camavinga. El compatriota de Tchouameni se lesionó la rodilla justo antes del comienzo de la temporada, hace nada menos que cinco semanas, y su reaparición está prevista para el derbi de la ciudad contra el Atlético (29 de septiembre). La Real espera que Camavinga, junto con Valverde y Bellingham, le proporcione más estabilidad defensiva, así como el control y el dinamismo vertical en el centro del campo de los que hasta ahora han carecido los blancos. Sin embargo, está por ver si el jugador de 21 años puede ser el salvador.