El jueves por la noche, el Camp Nou se sintió firmemente en manos del Frankfurt – para disgusto de los seguidores del Barça, que descargaron su ira con una acción de protesta tras el descanso.
Después del descanso, con el Eintracht ya ganando 2-0, un llamativo número de asientos permaneció vacío en el estadio del FC Barcelona, y eso que era el núcleo duro de los seguidores blaugranas el que solía estar. Fue una protesta de la afición del Barça, que no entendía por qué había tantos aficionados del Frankfurt en el estadio.
Oficialmente, a la SGE sólo se le habían asignado 5.000 entradas para el partido, pero al final fueron muchos más los que presenciaron lo que fue, desde el punto de vista de los hessianos, una maravillosa además de histórica velada de fútbol sobre el terreno. «30.000 en la ciudad, 25.000 en el estadio, es sensacional», declaró el director deportivo del Fráncfort, Markus Krösche, a la RTL tras el partido, alabando el ingenio de sus propios aficionados: «Nuestros seguidores son ingeniosos, lo han intentado todo para entrar. Hemos convertido un partido fuera de casa en un partido en casa. Eso es sensacional. «
Que el Barça viviría un ambiente inusual debió quedar claro a más tardar cuando Marc-André ter Stegen fue abucheado durante el calentamiento, en el estadio local. El Barcelona ya sabía que algo se estaba gestando, porque, según informa el Marca, el Barça incluso había suspendido la venta de entradas online antes de tiempo para evitar una presencia masiva de aficionados alemanes en el último momento. Pero era demasiado tarde, las entradas ya se habían vendido.
El entrenador del FCB, Xavi, también lo sabía: «Estamos comprobando lo que ha pasado. Por supuesto que no podemos controlar las entradas que se vendieron», dijo el técnico de 42 años, que sabía lo que significaba el enorme apoyo para el Eintracht: «Por supuesto que fue una gran ayuda para ellos».
En la SGE, por supuesto, estaban inmensamente felices por el apoyo. «Todos los que han podido estar aquí hoy están contentos y nunca olvidarán esta noche», dijo el entrenador Oliver Glasner y entró en éxtasis: «Estos momentos emotivos, los hay en el deporte, en el fútbol. No se pueden comprar con ningún dinero del mundo, y eso es maravilloso».
