El París Saint Germain se impuso al AS Mónaco por 4-2 en un turbulento partido en la parte alta de la tabla con muchos altibajos, poniendo fin a una racha de cuatro años sin ganar.
Mirando la tabla, estaba bastante claro que el AS Mónaco necesitaba una victoria contra el PSG si quería evitar que la distancia con el líder de la liga alcanzara las dos cifras. El entrenador Adi Hütter alineó a cinco jugadores nuevos con respecto al reciente empate a cero en Reims: Vanderson, Salissou, Akliouche, Camara y Embolo (Mawissa, Teze, Ouattara, Minamino e Ilenikhena tuvieron que rotar) y también cambió la defensa de tres por la de cuatro.
Los parisinos, por su parte, se habían recuperado recientemente de una fase de debilidad de tres partidos seguidos sin ganar y, entre otras cosas, se distanciaron de su perseguidor, el Lyon, con una victoria por 3:1. En comparación, el técnico Luis Enrique tuvo que retocar el lateral izquierdo, ya que Nuno Mendes no estaba disponible por una lesión en el muslo. Joao Neves, habitualmente en el centro del campo, tuvo que echar una mano. Hubo tres cambios en total: Marquinhos, Fabián y Barcola entraron por Lucas Beraldo, Nuno Mendes y Lee
Salida temprana de Donnarumma
El partido en el Stade Louis II, donde el PSG llevaba cuatro partidos sin ganar (0-1-3), fue un encuentro bastante trepidante: ambos equipos buscaron una vía rápida y directa hacia adelante, y hubo espacios por ambos lados, pero no se jugó realmente bien. Una y otra vez, el balón se perdía con facilidad y escaseaban las ocasiones como las creadas por Ben Seghir (8′) o Joao Neves (10′) en el otro extremo.
En el minuto 18 se produjo una escena desagradable, cuando Singo adelantó demasiado el balón y, por desgracia, golpeó a Donnarumma en toda la cara con los tacos. Ese fue el final del partido para el italiano. Safonov entró en juego y pudo dar la ventaja a su equipo unos minutos más tarde: Joao Neves envió a Hakimi por la derecha, quien a su vez tuvo el ojo para el joven Doué, de 19 años, en el centro. Se fueron al descanso con una estrecha ventaja de 1:0
El Mónaco da la vuelta al partido en siete minutos
El Mónaco salió del descanso en mejor forma, jugando con más estructura y agilidad, y luego tuvo un golpe de suerte cuando el árbitro François Letexier concedió un penalti después de que un balón se desviara de Pacho y golpeara en la mano de Marquinhos. Ben Seghir marcó con precisión por la escuadra derecha (53′). Pero eso no fue todo, ya que poco después Akliouche esprintó por la izquierda y encontró a Embolo en el centro – 2:1 (60′).
La respuesta de los parisinos no se hizo esperar: Dembelé estaba en el lugar adecuado para despejar el balón después de que Köhn salvase a Fabian (60′). El marcador volvía a cero, la intensidad se mantenía alta… y Camara era otra víctima. El senegalés de 20 años, que había sido nombrado mejor jugador joven de África apenas unos días antes, sufrió una lesión de tobillo y abandonó el terreno de juego cojeando y apoyado por los aficionados cuando fue sustituido por Minamino (74′).
Tiempo de descuento agitado
El delantero japonés pudo haber sido el héroe de la noche, pero no fue así al no controlar el balón desde tres metros y perder la oportunidad de empatar de nuevo (85′). Dos minutos antes, el suplente Gonçalo Ramos había cabeceado a la red un saque de esquina para poner el 3:2
Pero eso no fue ni mucho menos todo lo que ofreció este turbulento partido: el entrenador del Mónaco, Adi Hütter, vio la tarjeta roja por emplear palabras inadecuadas para quejarse de un penalti que supuestamente no se había señalado (90.+5), antes de que Dembelé culminara un contragolpe de manera ejemplar y marcara con un disparo bombeado por la escuadra el definitivo 4:2 (90.+7).