Con el pitido final de la final en el legendario estadio de Wembley, el Newcastle United puso fin a su larga espera por un título. Una victoria por 2-1 contra el Liverpool le dio a los Magpies la Copa de la Liga.
Cuando el árbitro John Brooks puso fin a la final de la Copa de la Liga tras más de 100 minutos de juego, el Newcastle United rompió a llorar. Los Magpies se habían impuesto por 2-1 en un intenso encuentro contra un Liverpool ofensivamente débil, celebrando así su primer título nacional desde 1955, cuando los blanquinegros ganaron la Copa de Inglaterra. Posteriormente, el club solo consiguió un gran título en el noreste de Inglaterra: la Copa de Ferias de 1969, considerada hoy en día como la antecesora de la Europa League.
En los entrenamientos, los córners eran solo «regulares»
El entrenador del Newcastle, Eddie Howe, también se mostró emocionado en la entrevista que concedió a Sky tras el partido: «Es muy, muy emotivo. Para ser sincero, he estado todo el día emocionado, lo cual es muy inusual en mí, pero simplemente sabíamos lo que estaba en juego, para todos los que estaban en el estadio, para todos los que estaban en Newcastle. Simplemente queríamos hacerles sentir orgullosos y darlo todo para ganar la copa». Después de todos estos años de dolor, se merecían el título no solo por el resultado, sino también por el rendimiento, continuó el entrenador.
Pero Howe destacó sobre todo a su capitán Dan Burn, que hizo un muy buen partido tanto en defensa como en ataque y que siempre se volvió peligroso tras los saques de banda. «Qué semana, qué días para él: su rendimiento hoy ha sido sobresaliente. Él y Fabi han jugado de forma sobresaliente. Ambos equipos han jugado hoy un fútbol sin florituras», elogió el entrenador y añadió con respecto a su gol: “Hemos trabajado en las esquinas durante las dos últimas semanas, pero no hemos tenido mucho éxito, para ser sincero. Y hoy ha marcado un gol”.
Howe se refirió especialmente al minuto 45: un saque de esquina de Kieran Trippier llegó al área y encontró la cabeza de Burn, que cabeceó el balón de forma magistral desde casi diez metros al segundo palo. Un gol que puso a los Magpies en el camino de la victoria, ya que poco después del descanso Alexander Isak aumentó la ventaja. Federico Chiesa marcó el gol del empate en el tiempo de descuento, pero fue solo un resultado cosmético, ya que poco después sonó el pitido final.
«Uno de los días más hermosos de mi vida»
Bruno Guimaraes tampoco pudo contener sus emociones al final del partido. Con lágrimas en los ojos, dio rienda suelta a su alegría: «¡70 años! Eso es mucho para los aficionados. Se lo merecen todo. Cuando llegué a Newcastle, dije que quería inmortalizar mi nombre en la historia del club. Y eso es lo que ha pasado. Después de 70 años, podemos volver a llamarnos campeones». El brasileño afirma que el día de hoy es uno de los mejores de su vida.
Sin embargo, el equipo no tiene mucho tiempo para celebrar: a lo largo de la semana, muchos jugadores viajarán con la selección nacional. La semana que viene, el miércoles 2 de abril a las 20:45, el Brentford será el invitado, y será entonces cuando se verá si el equipo puede aprovechar el impulso del título.