La FIFA ha obtenido una victoria parcial en la disputa legal sobre las nuevas normas para los agentes de jugadores de fútbol (FFAR). La Comisión Europea se ha puesto del lado del organismo rector del fútbol mundial en este asunto.
Así se desprende de un escrito presentado por la Comisión ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) en Luxemburgo.Según las conclusiones del documento, la legislación de la UE debe interpretarse de tal manera que no se oponga a las normas de una federación deportiva mundial que -por ejemplo- contengan lo siguiente: «Se prohíbe a los agentes de jugadores prestar, en relación con la celebración de un acuerdo de transferencia y/o un contrato de trabajo, servicios de agencia de jugadores u otros servicios y ser remunerados por tales servicios por (a) el club que envía y el club que recibe, (b) el club que envía y el jugador, (c) todas las partes implicadas (club que envía, club que recibe y jugador). » Esto significa que la Comisión considera inobjetable la prohibición de representación multipartita deseada por la FIFA.
Del mismo modo, por cierto, la limitación de las comisiones, que probablemente enfadará más al grueso de los agentes, como afirma la Comisión: «(…) estará prohibido acordar o pagar a los agentes de jugadores una remuneración superior a un límite máximo calculado como porcentaje de la comisión de traspaso o de la remuneración anual de dicho jugador, según lo dispuesto en el artículo 15, apartado 2, del Reglamento de los Agentes de Fútbol de la FIFA (FFAR) (…)».
Sin embargo, este pasaje está provisto de restricciones, como la siguiente: «En la medida en que (…) la determinación del importe concreto del límite máximo de la comisión (teniendo en cuenta la graduación proporcionada con respecto al importe de la base imponible) no vaya más allá de lo que parece necesario para alcanzar los objetivos legítimos perseguidos». A la inversa, esto significa que la FIFA debe explicar muy concretamente lo que pretende conseguir con sus límites máximos para las comisiones. En este caso concreto, es probable que tenga que ver sobre todo con los excesos financieros en el mercado de la consultoría, altamente competitivo y recientemente cuasi desregulado. Casi 600 millones de euros de ingresos obtuvieron los asesores de jugadores en 2022 con las transferencias internacionales. Es probable que se hayan gastado al menos la misma cantidad en fichajes nacionales, según los expertos incluso más.
Las agencias se resisten a las nuevas restricciones
Varias agencias se levantaron en armas contra las nuevas restricciones que se introdujeron parcialmente en primavera. Mientras que el Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo (TAS) dio la razón a la FIFA, el Tribunal Regional (LG) de Dortmund dictó una medida cautelar contra la FFAR y más tarde incluso multas administrativas contra la FIFA y la DFB. En enero de 2024, el asunto pasará al Tribunal Regional Superior de Düsseldorf (OLG) como siguiente instancia. Al mismo tiempo, el Tribunal Regional de Maguncia, al que también se recurrió, acudió al TJUE.
La Comisión tampoco comparte la apreciación del Tribunal Regional de Dortmund de que el FFAR constituiría un «cártel duro». Esta descripción, dice en una nota a pie de página, «parece exagerada – sin que el término tenga ningún valor jurídico adicional – a la vista de los objetivos legítimos (véase más adelante)».
La reintroducción de la licencia tampoco parece problemática para la Comisión, siempre que las condenas de los agentes de jugadores por delitos menores no conlleven la prohibición de por vida de la actividad y los asesores no tengan que someterse a las normas de la FIFA hasta un punto que infrinja la legislación de la UE.
En conjunto, por tanto, el escrito es un éxito parcial de la FIFA contra las agencias demandantes, incluida RRC-Sports-GmbH, del imperio empresarial del cofundador de Rogon, Roger Wittmann. Sin embargo, las declaraciones de la Comisión no son en modo alguno vinculantes para el TJCE, sino una mera recomendación.