Roger Federer ya no puede intervenir en la pista en Wimbledon. Pero la leyenda del tenis también recibió fuertes aplausos en las gradas – e incluso llega a acariciar a una princesa.
La superestrella del tenis Roger Federer ha sido homenajeado en Wimbledon por sus servicios al clásico sobre hierba. Veinte años después de su primer triunfo en el All England Lawn Tennis and Croquet Club, el suizo de 41 años presenció los partidos en la Pista Central desde el palco real.
Cuando Federer entró en las gradas, fue recibido con una ovación de los cerca de 15.000 espectadores. La madre, Lynette Federer, que al igual que el padre, Robert, también estaba sentada en el palco, estuvo a punto de llorar.
El propio Federer apareció con su elegante atuendo habitual: Con un elegante traje beige que incluía camisa de rayas y corbata de lunares, el suizo disfrutó visiblemente del cariño del público. Sin embargo, el «Maestro» también tuvo que rendir un pequeño homenaje al estricto código de vestimenta del palco real: Las zapatillas blancas de su propia firma, que el 20 veces campeón de Grand Slam ha lucido cada vez más en los últimos tiempos con fines promocionales, tuvieron que dejarse esta vez en el armario en favor de unos clásicos zapatos de charol.
Saludo amistoso con la princesa
Tras la extensa ovación, Federer tomó asiento en la primera fila del palco real entre otros dos rostros conocidos: además de su esposa Mirka, la princesa Kate también se encontraba entre los sentados a su lado.
El «Rey Roger» se permitió incluso saludar a la princesa poniéndole la mano en la espalda de forma amistosa, en lugar de seguir el protocolo real. La esposa del heredero al trono inglés, el príncipe Guillermo, y la ex estrella del tenis se conocen bien. Hace sólo unos días, participaron en una campaña a favor de los niños de la pelota en Wimbledon, durante la cual también estuvieron juntos en la pista.
Federer ha ganado Wimbledon ocho veces en su carrera, lo que le convierte en el ganador récord en Londres. La última vez que ganó el título fue hace seis años. El año pasado, Federer puso fin a su carrera debido a una lesión de rodilla.
Se le niega su último deseo deportivo
Su último deseo deportivo de poder jugar en Wimbledon una vez más no se hizo realidad. «Espero poder volver una vez más», había dicho Federer el año pasado durante la ceremonia de conmemoración de los 100 años de la Pista Central
Pero el dolor en su rodilla era demasiado, así que Federer puso fin a su impresionante carrera en la Copa Laver de Londres el pasado otoño. La imagen de Federer sentado en el banquillo de los jugadores llorando junto a Rafael Nadal, que también lloraba, fue una de las fotos deportivas más impresionantes del año pasado.
Después de su retirada, el maestro se había retirado de la escena pública por el momento. El tiempo con su familia era ahora el centro de atención, y en invierno disfrutaba esquiando con amigos y niños. «La última vez que me subí a unos esquís fue en 2008. Luego vinieron los niños al mundo y nunca me vieron esquiar. A partir de ahí, fue realmente un sueño para mí ir a las pistas con ellos», dijo Federer.
El paso a la jubilación no le resultó especialmente difícil, dijo Federer, que sufrió repetidos contratiempos por lesiones de rodilla hacia el final de su carrera. Tuvo que operarse tres veces de la rodilla, y aún hoy su cuerpo no está recuperado al cien por cien. «Seguro que te apetece volver a experimentarlo. Pero mientras sepas que tu cuerpo no puede hacerlo a ese nivel, no sientes la necesidad de salir a la pista», afirma Federer, que actualmente no se sentiría preparado ni para un partido de exhibición. Pero incluso en el papel de espectador, Federer es más célebre que muchos jugadores en activo.
