Cuando la selección canadiense logró algo histórico a última hora de la noche del domingo (CEST), faltaba Alphonso Davies en el campo. Pero el profesional del Bayern lo estaba viendo en directo en la pantalla.
Desde su traspaso de los Vancouver Whitecaps al FC Bayern de Múnich a principios de enero de 2019, Alphonso Davies ha llamado mucho la atención, tanto a nivel deportivo como fuera del campo.
Si bien el veloz extremo, alineado principalmente como un dinámico lateral izquierdo con una irrefrenable conducción hacia adelante en el campeón de los récords alemanes, ya cuenta con la orgullosa cifra de 74 partidos de la Bundesliga o incluso 19 apariciones en la Liga de Campeones, el joven de 21 años es más conocido en las redes sociales por su carácter alegre. Clips divertidos, breves extractos de su vida o incluso transmisiones en directo: Davies está dispuesto a cualquier diversión moderna frente a la pantalla.
Por ello, el futbolista, que nació en Ghana en 2000 y posteriormente huyó a Canadá con sus padres, originarios de Liberia, también pidió a sus seguidores que se unieran a él en la transmisión en directo del domingo por la noche. El motivo: el profesional del Bayern, que actualmente trabaja en su reaparición, estuvo de baja durante un periodo más largo tras una infección por coronavirus con una leve inflamación del músculo cardíaco diagnosticada posteriormente, vio su partido de clasificación para el Mundial de Canadá contra Jamaica.
1986 y 2022
Después de 90 minutos -los favoritos y líderes de la clasificación norteamericana y centroamericana estaban a un solo punto de distancia-, Canadá se impuso por 4-0. Esto no sólo supuso un billete para el Mundial de Qatar de este año, sino también la segunda participación del país en la Copa del Mundo desde 1986, cuando fue eliminado en la ronda preliminar en México.
Esta alegría, que había convertido el estadio de Toronto en un manicomio in situ, era algo muy especial. Esto también fue evidente en las reacciones altamente emocionales de Davies en el livestream: El joven atleta había animado primero con ganas, vitoreado con fuerza en los goles y, finalmente, con la certeza del pitido final y la victoria, dio rienda suelta a su alegría. Davies se arrodilló, se llevó una mano a la cara, apartó la silla, se paseó, sollozó, lloró y cogió la bandera canadiense.
«Oh, Dios mío. Yay!»
¿Y por qué no? Por primera vez en su joven vida, Davies y los aficionados de su generación en todo el mundo podrían ver a Canadá jugar en un Mundial, escribió, apropiadamente, Sports Illustrated. Al fin y al cabo, hace 36 años que el país no llega a una final de la Copa del Mundo. «Quedó claro casi de inmediato que no iban a volver a fallar», escribió el National Post tras la dominante actuación, en la que un tempranero 1-0 ya había allanado el camino a Qatar.
«Es jodidamente increíble», dijo el portero Milan Borjan sobre la renovada participación: «Canadá puede estar orgullosa de estos chicos».
Davies tuvo menos palabras, pero lo resumió todo: «Dios mío. Yay!»
