Karl Wendlinger pilotó en Fórmula 1 de 1991 a 1995 – El austriaco debe su éxito a Helmut Marko y Gerhard Berger
En los años 90, el austriaco Karl Wendlinger dio el salto a la Fórmula 1. El piloto de Kufstein disputó 41 carreras entre 1991 y 1995 y sumó un total de 14 puntos en el campeonato del mundo. Wendlinger pilotó para Leyton House, March y Sauber. Según el piloto de 55 años, debe su carrera en la categoría reina a dos grandes nombres: Helmut Marko y Gerhard Berger.
Cuando Beyond the Grid le preguntó si ambos le habían allanado el camino hacia la Fórmula 1, Wendlinger respondió: «Se podría decir que sí, ¡definitivamente!». La relación con Marko y Berger se ha enfriado un poco entretanto y, según Wendlinger, ya no hay ningún contacto regular. Sin embargo, siempre estará agradecido a sus dos compatriotas por lo que hicieron por él en los años noventa.
«Seguimos manteniendo una buena relación, pero no nos vemos a menudo y raramente estamos en contacto», dice el antiguo piloto de Fórmula 1, DTM y FIA GT. «Nunca olvidaré lo mucho que me ayudaron en mi carrera. No puedo darles nada a cambio, pero siempre podré honrar su apoyo».
Marko ya era un perro duro entonces. El actual jefe de filas de Red Bull sigue teniendo esa reputación, porque exige mucho a los jóvenes pilotos. Wendlinger también lo vivió hace más de 30 años, cuando Marko tomó las riendas de su carrera.
«Era parecido. Pero si el rendimiento era bueno, me lo decía», dice Wendlinger. «Me alegro de ello». Hoy, los jóvenes pilotos de carreras se asustarían si el nombre de Marko apareciera en la pantalla de su smartphone. «Por aquel entonces, el taller estaba en Graz, a unas tres horas y media de mi casa en Kufstein. El teléfono sonaba a menudo los domingos por la tarde, entonces no había móviles».
Wendlinger recuerda: «Estaba hablando por teléfono en casa y me dijo que fuera a Graz a la mañana siguiente a las 9 de la mañana. Le pregunté por qué. La respuesta fue que tenía trabajo que hacer. Pensé que si volvía a llamar, tendría que volver a Graz. No quería eso y el domingo le dije a mi madre que le dijera al señor Marko que no estaba en casa».
Dicho y hecho, pero casi le sale el tiro por la culata: «Así no tuve que ir a Graz el lunes y eso funcionó dos o tres veces. La tercera vez me dijo: ‘Señora Wendlinger, dígale a su hijo que si no vuelve a estar disponible el próximo domingo, se acabó la temporada para él'». El resultado: sólo una semana después, Wendlinger viajó de nuevo a Graz para trabajar siguiendo las instrucciones de Marko
